50 AÑOS DE EUROVISION
Con este título anunciaba TVE su espacio semanal que va tras la serie "Cuéntame", donde cada semana está dedicado a un tema diferente, siempre con imágenes de archivo de la televisión pública. Prometía ser (esto es lo que pensábamos los numerosos aficionados al Festival) un resumen exhaustivo de, al menos, la partipación española, dado ese banco inconmensurable de imágenes de nuestra vida televisiva... Pero ¡quiá!, el señor Albert Solé, premiadísimo con el Goya al mejor documental, y que se confesaba aficionado a Eurovisión, pecó como todos de tópico y típico: sembró de dudas el triunfo de Massiel con su La, la, la y politizó una y mil veces el entorno eurovisivo. El documental, más propio de evolución social en un contexto hispano-europeo, justificó su emisión bajo el epígrafe eurovisivo, aderezándolo tan solo con pinceladas, a ser posible "frikis" y a apuntalar a Uribarri como el experto en socio politica por excelencia (fallos garrafales incluídos). No, no fue el